DIMENSIÓN SOCIOAFECTIVA
How are you?
Competencia:
Cognitiva: relaciona la palabra en inglés con el sentimiento y la expresión facial.
ACTIVIDADES RECTORAS:
Exploración del medio:
- reúna a los niños y se sientan en círculo, en un ambiente cómodo y relajado
- invítelos a que expresen situaciones que los hagan sentirse tristes, felices, enojados o asustados
Juego:
Lleve un espejo grande y pídales que se miren en él y expresen con su rostro alegría, enojo, tristeza y susto. Pregúntele a cada niño en cada ocasión ¿cómo estás tú? y luego cambie esa pregunta por su equivalente en inglés: how are you?
Literatura:
- en rótulos escribe las palabras: feliz, triste, enojado, asustado, también las debes escribir en inglés: happy, sad, angry, scared.
- pídele a los niños que pronuncien cada palabra y que descubran y cuenten las letras que cada rótulo contiene
- pregunta a cada niño cual palabra les gusta, luego deben transcribir estas palabras en el tablero de muestra del rótulo que han elegido
Arte:
- cada niño debe dibujar el rostro de la palabra que hayan elegido en una hoja y escribir su propio nombre.
- Dibuja la expresión de: happy, sad, angry y scared, colorea los rostros de la ficha
- Tómate una foto con cada una de las expresiones aprendidas la imprimes y luego las pegas en una hoja de block
JUEGO A LA MÍMICA:
- Muéstrales tu expresión corporal y ellos deben decir en inglés qué sentimiento estás representando. luego cambie los papeles
- En familia diseña con un tubo de papel las expresiones asi:
diviértete con tu creación!
Actividad:
- Dialoga con un compañero o familiar sobre el cuento leído
- Después de haber leído el cuento anterior, represéntalo con un dibujo
- Realiza una cartelera, un mensaje, un acróstico que lleve como título NOSOTROS SOMOS PRUDENTES. Colócalo en un lugar visible
- Elaborar el semáforo de la prudencia y ponlo en práctica
ACTIVIDADES:
- Expresa gratitud a los demás, expresa directamente tu agradecimiento por lo que hacen por ti, sus detalles, su amabilidad, el efecto que tienen en tu vida.
- Colorea las imágenes alusivas al cuento
VALOR DE LA PRUDENCIA
La prudencia es esa compañera que debe ir con nosotros para medir nuestras palabras, examinar nuestros pensamientos y darle crecimiento a nuestro ser interior.
Cuento
Los ciegos y el elefante
Un día seis sabios quisieron saber qué era un elefante. Como eran ciegos, decidieron hacerlo mediante el tacto.
El primero en llegar junto al elefante chocó contra su ancho y duro lomo y dijo: “No cabe duda, el elefante es como una pared”.
El segundo, palpando el colmillo, gritó: “Esto es tan agudo, redondo y liso que el elefante es como una lanza”.
El tercero tocó la trompa retorcida y gritó: “¡Dios me libre! El elefante es como una serpiente”. El cuarto extendió su mano hasta la rodilla, palpó en torno y dijo: “Está claro, el elefante, es como una columna”.
El quinto, que casualmente tocó una oreja, exclamó: “Aun el más ciego de los hombres se daría cuenta de que el elefante es como un abanico”.
El sexto, quien tocó la oscilante cola apuntó: “El elefante es muy parecido a una soga”.
Y así, los sabios discutieron largo y tendido, cada uno excesivamente terco en su propia opinión y, aunque parcialmente en lo cierto, todos estaban equivocados.
Parábola india
Actividad:
- Dialoga con un compañero o familiar sobre el cuento leído
- Después de haber leído el cuento anterior, represéntalo con un dibujo
- Realiza una cartelera, un mensaje, un acróstico que lleve como título NOSOTROS SOMOS PRUDENTES. Colócalo en un lugar visible
- Elaborar el semáforo de la prudencia y ponlo en práctica
VALOR DE LA GRATITUD
CUENTO
Había una vez un pulpo tímido y silencioso, que casi siempre andaba solitario porque aunque quería tener muchos amigos, era un poco vergonzoso. Un día, el pulpo estaba tratando de atrapar una ostra muy escurridiza, y cuando quiso darse cuenta, se había hecho un enorme lío con sus tentáculos, y no podía moverse. Trató de librarse con todas sus fuerzas, pero fue imposible, así que tuvo que terminar pidiendo ayuda a los peces que pasaban, a pesar de la enorme vergüenza que le daba que le vieran hecho un nudo.
Muchos pasaron sin hacerle caso, excepto un pececillo muy gentil y simpático que se ofreció para ayudarle a deshacer todo aquel lío de tentáculos y ventosas. El pulpo se sintió aliviadísimo cuando se pudo soltar, pero era tan tímido que no se atrevió a quedarse hablando con el pececillo para ser su amigo, así que simplemente le dió las gracias y se alejó de allí rápidamente; y luego se pasó toda la noche pensando que había perdido una estupenda oportunidad de haberse hecho amigo de aquel pececillo tan amable.
Un par de días después, estaba el pulpo descansando entre unas rocas, cuando notó que todos nadaban apresurados. Miró un poco más lejos y vio un enorme pez que había acudido a comer a aquella zona. Y ya iba corriendo a esconderse, cuando vio que el horrible pez ¡estaba persiguiendo precisamente al pececillo que le había ayudado!. El pececillo necesitaba ayuda urgente, pero el pez grande era tan peligroso que nadie se atrevía a acercarse. Entonces el pulpo, recordando lo que el pececillo había hecho por él, sintió que tenía que ayudarle como fuera, y sin pensarlo ni un momento, se lanzó como un rayo, se plantó delante del gigantesco pez, y antes de que éste pudiera salir de su asombro, soltó el chorro de tinta más grande de su vida, agarró al pececillo, y corrió a esconderse entre las rocas. Todo pasó tan rápido, que el pez grande no tuvo tiempo de reaccionar, pero enseguida se recuperó. Y ya se disponía a buscar al pulpo y al pez para zampárselos, cuando notó un picor terrible en las agallas, primero, luego en las aletas, y finalmente en el resto del cuerpo: y resultó que era un pez artista que adoraba los colores, y la oscura tinta del pulpo ¡¡le dió una alergia terrible!!
Así que el pez gigante se largó de allí envuelto en picores, y en cuanto se fue, todos lo peces acudieron a felicitar al pulpo por ser tan valiente. Entonces el pececillo les contó que él había ayudado al pulpo unos días antes, pero que nunca había conocido a nadie tan agradecido que llegara a hacer algo tan peligroso. Al oir esto, los demás peces del lugar descubrieron lo genial que era aquel pulpito tímido, y no había habitante de aquellas rocas que no quisiera ser amigo de un pulpo tan valiente y agradecido.
Muchos pasaron sin hacerle caso, excepto un pececillo muy gentil y simpático que se ofreció para ayudarle a deshacer todo aquel lío de tentáculos y ventosas. El pulpo se sintió aliviadísimo cuando se pudo soltar, pero era tan tímido que no se atrevió a quedarse hablando con el pececillo para ser su amigo, así que simplemente le dió las gracias y se alejó de allí rápidamente; y luego se pasó toda la noche pensando que había perdido una estupenda oportunidad de haberse hecho amigo de aquel pececillo tan amable.
Un par de días después, estaba el pulpo descansando entre unas rocas, cuando notó que todos nadaban apresurados. Miró un poco más lejos y vio un enorme pez que había acudido a comer a aquella zona. Y ya iba corriendo a esconderse, cuando vio que el horrible pez ¡estaba persiguiendo precisamente al pececillo que le había ayudado!. El pececillo necesitaba ayuda urgente, pero el pez grande era tan peligroso que nadie se atrevía a acercarse. Entonces el pulpo, recordando lo que el pececillo había hecho por él, sintió que tenía que ayudarle como fuera, y sin pensarlo ni un momento, se lanzó como un rayo, se plantó delante del gigantesco pez, y antes de que éste pudiera salir de su asombro, soltó el chorro de tinta más grande de su vida, agarró al pececillo, y corrió a esconderse entre las rocas. Todo pasó tan rápido, que el pez grande no tuvo tiempo de reaccionar, pero enseguida se recuperó. Y ya se disponía a buscar al pulpo y al pez para zampárselos, cuando notó un picor terrible en las agallas, primero, luego en las aletas, y finalmente en el resto del cuerpo: y resultó que era un pez artista que adoraba los colores, y la oscura tinta del pulpo ¡¡le dió una alergia terrible!!
Así que el pez gigante se largó de allí envuelto en picores, y en cuanto se fue, todos lo peces acudieron a felicitar al pulpo por ser tan valiente. Entonces el pececillo les contó que él había ayudado al pulpo unos días antes, pero que nunca había conocido a nadie tan agradecido que llegara a hacer algo tan peligroso. Al oir esto, los demás peces del lugar descubrieron lo genial que era aquel pulpito tímido, y no había habitante de aquellas rocas que no quisiera ser amigo de un pulpo tan valiente y agradecido.
ACTIVIDADES:
- Expresa gratitud a los demás, expresa directamente tu agradecimiento por lo que hacen por ti, sus detalles, su amabilidad, el efecto que tienen en tu vida.
- Colorea las imágenes alusivas al cuento
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